El transporte de productos peligrosos como los químicos en carretera, requiere de requisitos técnicos y de seguridad con el fin de minimizar los riesgos de un siniestro en las vías y proteger la vida de conductores, comunidad y medio ambiente a lo largo y ancho del territorio nacional. Para que su desplazamiento se realice en condiciones adecuadas, es importante ajustarse a la regulación que hoy está vigente en Colombia, la cual incluye la capacitación de quienes deben operar los vehículos destinados para movilizar este tipo de carga, y en caso de una emergencia, estén preparados para manipular el producto y atender cualquier situación anormal con el apoyo de la empresa y de las autoridades donde se presente el evento.
Es así como Linkarga le apostó en estos últimos años a la movilización de sustancias químicas peligrosas bajo las normas que regulan dicha actividad en el país, para prestar un servicio seguro, integral y de calidad a sus clientes. Para ello ha contado con un aliado estratégico, la empresa de Asesorías y Gestiones Ambientales (AGA), que acumula más de una década de experiencia en la supervisión de trabajos de limpieza, restauración del ecosistema y disposición final de residuos sólidos generados durante la intervención de las áreas afectadas por el derrame de hidrocarburos, zonas de oleoductos y sitios de operación.
Según el director de operaciones de AGA, Alexander Torres Ramírez, la labor que realiza la empresa va desde el suministro de equipamiento para el control del material derramado hasta la atención de emergencias provocadas por la movilización de mercancías peligrosas, las 24 horas de los siete días de la semana. Pero ¿Cuáles son las acciones que deben tenerse en cuenta durante el siniestro? Primero mantener la calma, segundo no acercarse al área donde sucedió el hecho para cuidar su vida y la de los demás, tercero llamar a los bomberos, a la Policía o a los números que normalmente se encuentran en los vehículos para situaciones de esta naturaleza y cuarto acompañar, sin movilizar, a la persona que permanezca en shock (ya sea el conductor o el acompañante), tras presenciar el evento.
¿Cómo se recibe el requerimiento ante un siniestro?
De acuerdo con David Rendón Castaño, jefe de operaciones y servicio al cliente de Linkarga, lo primero que se hace es validar si hay vehículos disponibles en el sistema propio de “enturnamiento” y posteriormente se identifica la fecha y hora de carga para realizar la operación respectiva. El automotor se envía al menos 60 minutos antes de la hora pactada. Luego se hace una validación del curso de sustancias peligrosas, avalado por el Ministerio de Transporte, se revisa el kit de derrame del vehículo de manera presencial o virtual y finalmente se procede a la aprobación para su envío o cargue a las instalaciones del cliente cumpliendo con los parámetros y tiempos establecidos.
En la validación del kit de derrame, se revisa una lista de chequeo, donde se cuenta con material absorbente, máscara doble filtro, botas de seguridad, pala antichispas, guantes de nitrilo, traje blanco, bolsas rojas, chaleco reflectivo, cinta amarilla (por si ocurre algún incidente, señalizar la zona), casco, camisa manga larga y jean, gafas protectoras, extinguidores de 20 y/o 10 libras y botiquín de primeros auxilios.
Lo que se solicita en el momento del cargue
- Se les pide a los clientes las hojas de seguridad (documento que describe los riesgos de un material peligroso y suministra información sobre cómo se debe manipular, usar y almacenar el producto con seguridad).
- Verificación de los amarres de la carga en el vehículo.
- Asegurarse de la rotulación en el vehículo, según los productos cargados para cumplir con los reglamentos viales.
- Charlas por parte de Linkarga SAS para el transporte de los productos e inicio de la ruta con el material en óptimas condiciones de origen o destino.
Protocolo de activación del servicio en el sitio del accidente
Inicialmente Linkarga llama a Asesorías y Gestiones Ambientales (AGA) y después de ocurrido el siniestro, esta empresa hace una serie de preguntas sobre la ubicación, el tipo de producto que se está manejando, características del contenedor (si esta sellado o en carrotanque o si es individual) y finalmente en qué condiciones está el vehículo accidentado o comprometido y si el evento fue catastrófico o no. “La ubicación es importante porque nos permite determinar qué centro de atención es el más cercano para poder llegar pronto”, sostiene Alexander Torres, quien explica que el procedimiento que se inicia incluye el aseguramiento del área, revisión del vehículo, descargue de los equipos para encontrar la falla y repararla y luego montar todo como estaba para que el automotor continúe la ruta con todos los parámetros de seguridad necesarios. En caso de que el derrame de químicos alcance fuentes hídricas, se acude a unas barreras de contención para que no haya contaminantes que afecten el medio ambiente y la comunidad y se le recomienda a la gente no tomar agua o entrar en contacto con el líquido.
“Esta ha sido una alianza estratégica bien desarrollada para que nuestros clientes se sientan respaldados, pues al mover químicos estamos ante la probabilidad de un derrame, entonces en la medida en que tengamos una unidad de reacción mucho más cercana al punto donde ocurran los hechos, se evitará que el evento pueda ir a mayores proporciones”, puntualiza el gerente general de Linkarga, Diego Arbeláez.